Llamadme loca, pero una de las cosas que más me gusta visitar de las ciudades son sus cementerios. Sí, increibles lugares en los que irremediablemente encuentras la tranquilidad y el sosiego que muchas veces ansiamos y que nunca alcanzamos.
Hace unos días en mi afán por no llegar tarde al trabajo salí con el tiempo suficiente de casa como para poder conocer un poco más los alrededores de FULHAN ROAD. Y cuál fue mi sorpresa que me encontré un cementerio local por el que se puede pasear con total tranquilidad. BROMPTON CEMENTERY.
Pero este no es un cementerio cualquiera. The West London and Westminster Cemetery Company, como era conocido, fue creado en el año 1836 y abrió sus pueras en 1840 bajo el diseño de Benjamin Baud. Es considerado uno de los mejores cementerios victorianos metropolitanos del país.
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Tiene un diseño formal con una avenida central que conduce a una capilla sobre la base de la Basílica de San Pedro en Roma y entre sus paseos sombreados hay más de 35 000 monumentos, muchos de ellos con gran importancia histórica y entre los cuales se puede encontrar un singular remanso de paz, belleza y tranquilidad.
Después de la batalla de Waterloo en 1815, Londres se convirtió en la capital comercial del mundo. Su población aumentó de 1 000 000 en 1800 a más de 2,6 millones en 1850. Las condiciones sanitarias inadecuadas llevó a las enfermedades endémicas y los cementerios existentes no podían hacer frente, por lo que el Parlamento autorizó el establecimiento de siete cementerios comerciales alrededor de Londres, de los cuales Brompton es un ejemplo sobresaliente. Era conocido como el oeste de Londres y el cementerio de Westminster.
Una vez más, Londres no deja de sorprenderme.
