martes, 3 de mayo de 2011

I live in London

Ya lo puedo decir bien alto! Soy ciudada londinense!!! Después de pasar las peores y más largas horas de mi vida, esta noche he dormido en una cama muy cómoda y acogedora.

Pero vayamos por partes!

  Como ya os comenté los nervios formaban parte de mí desde hacía varios días. La ropa no cabía en la maleta y aunque ya sé que voy a trabajar y a no lucirme por las calles de la capital británica, creedme si os digo que con dos pares de pantalones no sé si podre sobrevivir hasta final de verano (que alguien me mande por correo toda la ropa que tuve que dejar en mi armario español!!! POR FAVOR!!!). No sé las veces que hice, deshice, pesé, volví a deshacer y a hacer mi querida maleta roja (a la que se le ha roto el asa por culpa de tanto ajetreo) en la que sólo podía meter 15Kg (creo que jamás en la vida volaré con Ryaner: sí, vuelos bartos, pero a qué precio!!!). Al final, tras mucho esfuerzo (y algún que otro disgusto) quedó cerrada y con su cerrojo bien puesto.

  Eran las 04.00h de la mañana cuando mi amiga Belén (compañera de viaje a la que ya os presentaré y la cual algún día me relevará para escribir en el blog) y yo estabamos plantadas en las taquillas del aeropuerto para facturar. El vuelo salía a las 06.30h... pero eso! Salía... Porque cuál fue nuestra sorpresa que al pasar por todos los controles, después de descalzarnos y que nos cachearan porque sin saberlo, nuestro cuerpo pitaba, en una pequeña pantalla de la T1 de Madrid, ponía que el vuelo 5993 LONDRES STN iba con un retraso de 6 horas. 6 horas!!! Después de no haber dormido nada en toda la noche, después de tener planeado el día para aprovechar al máximo nuestra llegada, después de...  Sin ganas de nada, ni siquiera de estar indignadas ni de protestar, nos sentamos en tres asientos, agarramos las maletas y nos "dormimos" cuales turistas al ritmo que dictaban las noticias de la mañana, esas que a volumen bien alto nos las mostraba la enorme LG que presidía la sala. Un sandwick y una botella de agua y otra de Cola Cola (Diet!) más tarde (regalo de la compáñía por las molestias ocasionadas), embarcabamo camino a nuestro destino. ¡Se nos pasó volando el vuelo! (;p) Dorminos las 2 horas. MENOS MAL!

  Una vez en Londres, las primeras sensaciones de alguien que nunca había visto la ciudad. Qué emocionante! Tras chuparme tantos programas y tantos documentales sobre la City, ya era hora de ver ese paisaje que sin duda, es de postal. Las Torres, la Abadía, el río (EL RÍO!!! QUE PARECE UN MAR!), la gente... Victoria London Station y la sorpresa de que los de nuestra agencia, por ser fiesta (cortesía de los nuevos Principes) y porque nosotras no sabemos mucho inglés... NOS DEJABA TIRADAS. Que nos recogían mañana nos dijeron! YA! Y yo? Dónde duermo? 5 minutos de silencio, de miradas la una a la otra y de querer llorar y no poder por culpa del cansansio, tuvieron la culpa de que nos armáramos de valor, cogieramos el metro, The tube (Que menudo lio de metro!) y nos plantaramos en la puerta de nuestro maravilloso estudio en un precioso barrio de Londres (no sin antes pasar una escrupulosa y organizada prueba al más puro estilo EL Código DaVinci para encontrar la llave de la casa... Estos ingleses...). Nos conectamos con el mundo gracias a Internet, dejamos claro a familiares y amigos que habíamos llegado en condiciones medio decentes (ni qué decir tiene que no nos reconocíamos en el espejo por culpa del cansancio), que habíamos sobrevivido a la primera compra en el supermercado, al peso de las maletas (que sigo diciendo que no llevaban a penas nada), a las primeras conversaciones en inglés con los londineses y a la primera cena en nuestro apartamento tipo victoriano (eso sí, la cena a base de un buen bocadillo tipical spanish!!!).

  Y ese fue nuestro primer día. Os quiero presentar a un amigo muy especial que tenemos en nuestra casita. Seguro que nos ayudará con las labores del hogar con una gran sonrisa. Mamá, no sufras que la limpieza está asegurada!!! ;p


2 comentarios: