viernes, 26 de agosto de 2011

Sunset at Westminster

Después de trabajar, lo que más me gusta hacer es irme a pasear por Londres cámara de fotos en mano. Hay que aprovechar, ya que los días de verano están llegando a fin y los días cada día se van haciendo más cortos.

Lo que más sorprende es el hecho de que puede amanecer diluviando, estar todo el día nublado sin poder ver un rayo de Sol, y de repente, por la tarde, el cielo te deleita con impresionantes puestas de Sol que a nadie deja indiferente. Va a ser verdad eso de que Después de la tormenta siempre llega la calma.

Vais a pensar que estoy obsesionada con la zona de Westminster y con el Big Ben,... Y razón no os falta. No sé que me pasa que haga lo que haga al menos una o dos veces por semana tengo que ir a ver el que para mí es el reloj más bonito, elegante y distinguido del mundo. Nunca dejará de impresionarme. Con cada cielo me parece distinto pero deja de ser él. Sí, ya lo sé, es un reloj, pero he de reconocer que me ha enamorado. Al igual que el London Eye, otra maravilla de Londres a la que nunca me cansaré de mirar.

Un día largo en el trabajo, una jornada de turismo por La City, las piernas que ya no te responden y un atardecer que se presta a que te olvides de todo y que por instante sólo pienses en lo que tienes delante de tus ojos. Sin duda, el mejor final de día que pude tener.


¿Verdad que mi obsesión está más que justificada?



Y ahora he de reconcer la verdad por la cual acabé ayer tarde en Westminster... ;p 

Tenía tantas ganas de comerme un gofre que no pude resistirme a acercarme al mejor puesto de Gofres de todo Londres... Un capricho bastante caloríco en el que llevaba pensando desde el primer día que estuve por aquí. Por fin cumplí mi sueño!



Ummmmmmmmmm...!!!!!!!
;p

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