sábado, 28 de mayo de 2011

Un paseo por Hyde Park

Queridos seguidores del blog:

   Siento teneros tan sumamente abandonados, pero el hecho de haber encontrado trabajo reduce bastante mi tiempo de ocio y por consiguiente mi tiempo para decicaros una palabras en este, mi blog. Y la verdad, tengo muchas novedades que contaros... Desde que no escribo han pasado en mi nueva vida infinidad de cosas: desde quedarme dos horas en la puerta de casa porque se me olvidaron las llaves dentro, pasando por el hecho de hacer saltar la alarma de incendios del Studio por querer deleitar a las visitas con un suculento postre a base de chocolate, y para finalizar mis andanzas, como os contaba, he encontrado trabajo en uno de los restaurantes más suculentos y concurridos del barrio de Chelsea.

   La verdad que no me puedo quejar. Estoy contenta, animada, cada día aprendo algo nuevo y cada noche me acuesto con la satisfacción de sentir que poco a poco me voy haciendo un hueco en la City. Londres es duro, para que nos vamos a engañar. Los horarios de las comidas son extraños, las noches son muy cortas, las persianas no existen (por lo que a las 05.00h ya estás con el ojo abierto, sea cual sea la hora a la que te hayas quedado dormido...), la gente vive de manera frenética, cuando llueve un poco más fuerte de lo habitual la ciudad entera se paraliza, en las calles nunca deja de haber personas por lo que la tranquilidad es nulamente existente,... Sin embargo, me encanta. Cada día descubro algo nuevo que hace que esta gran ciudad merezca la pena ser vivida.


   Hoy es mi día libre en el trabajo, y tanto mi cuerpo como mi cabeza me pedían que me quedara todo el día en la cama perreando. Menos mal que alguien por teléfono me ha dicho que por mucho tiempo que esté viviendo en Londres éste pasa muy deprisa y que debería disfrutar cada minuto que esté sin trabajar. Siguiendo el sabio consejo, me he arreglado (no mucho, que para eso hoy era mi día de "no hacer nada"), he cogido el bus y me he ido a pasear por el centro: Piccadilly, Trafalgar, Oxford Street,... & Hyde Park. No os imagináis la cantidad de españoles que hay hoy por Londres (sin duda me he sentido como en casa). Todos venían a animar al Barça (no es para menos!!!) y la verdad, he descubierto lo escandalosos que podemos llegar a ser los españoles (todo el mundo en silencio menos ellos, que querían gritar hasta quedarse sin voz).

   Sin duda ha sido una tarde de lo más agradable. Hoy he estado sola, pero también hay que saber valorar esos momentos que te animan a la reflexión y a conocer tus capacidades y habilidades. Hoy he redescubierto que por mucho que el mundo se movilice por el fenómeno "fútbol" y por mucho que me encante que mi equipo esté hoy jugando una final, a mi lo del balonpié, no me va mucho :s. Y es que, en mi ánimo por ir a ver lo que se cocía en la plaza de Trafalgar, en vez de saltar de alegría con la gente en las escalerillas de dicha plaza, me he sentado en un banco café Take Away en mano (mientras llovía, que todo hay que decirlo) a disfrutar de las maravillosas vistas que desde allí había del Big Ben. Después, he estado vislumbrado el maravilloso edificio de la National Gallery y como veía que si seguía en la calle iba a llegar a casa como una sopa, he cogido de nuevo el bus para ir a Hyde Park. Sí, de nuevo mi intento era a ver el multitudinario despliegue de cámaras, juegos y stands que estaban montados en honor a la Final en Wembley, pero una luz procedente del final del parque ha llamado mi atención y me he dejado sucumbir por ella. Allí, al fondo entre magestuosos árboles, repleto de patos y cisnes y bajo el sol que llegaba tras la lluvia, se dejaba ver el maravilloso estanque de Hyde Park. Y es que Londres tiene eso: en un momento puedes estar rodeado de gente frenética en Piccadilly y al siguiente puedes sentir el placer de respirar la tranquilidad y el aire puro que la naturaleza aporta.  Hoy creo que he descubierto un nuevo concepto de ciudad. Un refugio en el que merece la pena dejarse llevar en días en los que lo único que importa es descansar y sentirse bien con uno mismo.





  No obstante, la curiosidad mató al gato, y he ido a ver qué se cocía en las carpas. Mucha gente, de nuevo gran bullicio y los nervios y la espectación por ver quién se lleva la Copa finalmente. Mientras escribo estas líneas: Barça 3- Manchester U. 1. Segunda parte. Sólo me queda decir que cada día adoro más esta ciudad y que ¡Visca Barça!.


1 comentario: